Aportes del Eneagrama a la Psicoterapia

Este texto es la continuación del artículo Aportes potenciales del Eneagrama a la Psicología, escrito por la psicóloga chilena Alejandra Godoy Haeberle.


Eneagrama y Psicoterapia

En primer lugar, referente a las variables asociadas con el éxito terapéutico, existe consenso en que, si bien el paciente progresa con cualquier terapia, ninguna es más efectiva que otra ni sirve para todos los pacientes. Tampoco influyen demasiado ni la estrategia, ni el manejo de las técnicas, ni la empatía. Los últimos hallazgos apuntan a que el éxito se asocia, ligeramente, con un rol más activo y con los años de experiencia del terapeuta. Pero, el factor más decisivo radica en que el paciente comparta su mismo marco de referencia. En este sentido, el Eneagrama presenta varias ventajas al ser comprensible (aparentemente sencillo pero muy complejo), accesible en libros y poseer una terminología particular que, además de hablar un mismo idioma, permite la ilusión de pertenencia.

En lo que respecta a la terapia individual, la descripción de numerosos rasgos, psicodinamismos y tendencias conductuales, hace al Eneagrama un mapa que muestra las «zonas de sombra«, lo que ayuda a que el paciente decida, en menos tiempo, sus objetivos terapéuticos individuales o interpersonales según su propia definición de lo negativo, limitante o conflictivo (egodistónicamente), obviándose así problemas de iatrogenia. Por otra parte, puede trabajar solo, entre sesiones, a su propio ritmo; impide el auto-engaño al indicar la máscara del sí mismo o el rol con que se identifica y revela las motivaciones y los miedos ocultos. El señalarse los típicos mecanismos de defensa y saber que comparte problemáticas similares, contribuye a disminuir la resistencia y a que se sienta menos solo (se han publicado testimonios de pacientes contando lo positivo y lo negativo de sus terapias «eneagramáticas»).

Aunque no es un modelo terapéutico en sí mismo, sugiere una dirección general de tratamiento (integración equilibrada de los tres centros) y uno más especifico acorde para cada eneatipo (aplicándose a determinados trastornos). También ayuda en problemas de transferencia y contratransferencia (ya se han descrito algunos patrones típicos).

Concerniente a la etiología, este modelo pone un énfasis amplio y equilibrado en distintas áreas constitutivas del ser humano: biológica (aún incipiente), inconsciente, instintiva, emocional, cognitiva, conductual, relacional-sistémica, sentido de vida y de identidad única. Este marco teórico regulador entrega los principios generales. El resto depende del «ojo clínico» del terapeuta y de su flexibilidad para usar la Psicología no solo como Ciencia (al menos como ciencia humanista) sino como Arte.

El Eneagrama permite un amplio espacio para el arte, donde el terapeuta puede organizar en una individualidad única la información obtenida. A este mapa general aproximativo a cada eneatipo, se le pueden incorporar «artísticamente» conocimientos provenientes de distintas fuentes teóricas. El terapeuta decidirá dónde remarcar más su atención en cada caso dependiendo del motivo de consulta, síntomas, objetivos terapéuticos fijados, y, por supuesto, especialmente dependiendo de la personalidad del paciente. Algunas tendencias específicas encontradas pueden ayudar en este proceso, como que ciertos trastornos – alimenticios, del ánimo, disfunciones sexuales, conflictos en torno a la homosexualidad – así como los trastornos de personalidad, se encuentran más comúnmente en un determinado eneatipo. También hay indicios de que la relación entre el eneatipo de los padres y sus hijos está asociado a determinados trastornos de estos últimos.

Terapia de parejas

Este modelo es particularmente útil en la terapia de parejas al facilitar un mejor y más rápido entendimiento empático de las expectativas, problemáticas y motivaciones; al mostrar semejanzas y diferencias entre ellos así como las típicas conductas cuando se sienten estresados, todo lo cual facilita el «comprender es perdonar». También posibilita que la pareja tenga una misma lectura de la realidad, comparta un tema, haga uso cómplice de un lenguaje «exclusivo» y pueda recurrir al sentido del humor tan aliviador de tensiones. Más importante aún, refleja la específica relación sistémica que suelen generarse entre determinados eneatipos. Además, los pacientes tienden a identificar el eneatipo de sus padres y hermanos, lo que ayuda a mejorar la relación con ellos.

Comentarios Finales

¿Qué es el Eneagrama?
El Eneagrama de la Personalidad es un modelo taxonómico holístico, sistémico, dialéctico, dinámico, introspectivo, no patologista (aunque incorpora los trastornos sindromáticos y de personalidad), que incluye en su teoría la relatividad de la percepción y una perspectiva espiritual.Eneagrama de la Personalidad

Como instrumento de auto-conocimiento y crecimiento personal, facilita itinerarios de crecimiento, tanto en el plano psicológico-existencial, como en el espiritual. Pero no sólo es relevante para dichos ámbitos, sino que también lo es para la filosófica, como en la polémica relación mente-cuerpo. En el fondo, es una teoría y una metodología combinable y compatible con otras. Se trata de un enfoque de data relativamente reciente, que se encuentra en continua evolución; sería como un esqueleto al que se le han ido incorporando conocimientos desde distintas áreas y que sin duda seguirá progresando gracias a aportes provenientes de correlaciones con otros sistemas, de nuevos campos de investigación, especialmente en las neurociencias, etc. Por lo tanto, si bien existen aún enormes carencias, el mismo sistema muestra los caminos por donde proseguir avanzando hacia una teoría más general y más coherente que otras macroteorías.

Las mayores falencias se encuentran en la escasez de investigaciones y en el descuido de variables tan significativas como las biológicas y las ambientales (más allá de las relaciones objetales). En efecto, si los estudios relativos el área biológica en general son escasos, los son más aún en el área del temperamento y de otros factores neurofisiológicos. Por otra parte, se le ha prestado casi nula atención a un tópico que hoy se considera fundamental, como lo es la teoría evolucionista.

Tampoco ha despertado mayor interés su aplicación al campo de la sexología, la homosexualidad, la psicología de género y la etaria, etc. Finalmente, aunque el Eneagrama de las Relaciones Interpersonales incorpora elementos de la Teoría General de los Sistemas, empero no incluye elementos ambientales de otra índole como los socio-culturales religiosos ni los económicos.

Personalmente, el Eneagrama me ha sido de mucha utilidad, tanto en mi vida personal como en mi rol de terapeuta. Entrega otros lentes con los que mirar al ser humano dentro de los distintos subsistemas a los que pertenece y observar el tipo de relaciones que establece con los demás, ampliando la visión acerca de lo que se puede considerar “normal” o patológico. Si en el plano teórico es dable discutir la validez de este enfoque, el escepticismo no cabe en el plano terapéutico; por mucho que se lo descalifique, epur si move como diría Galileo.

Terapia psicológica

Como herramienta terapéutica es indudablemente muy efectiva. La recopilación de información es mucho más rápida, el “diagnóstico” y la “etiología” son más precisos y, el hecho de compartir el mismo paradigma con el paciente, hace que las terapias sean más cortas y fructíferas. Se podría señalar que habría una contradicción entre insistir en los beneficios terapéuticos de este modelo y afirmar, al mismo tiempo, que el tipo básico no cambia. En este estricto sentido, ciertamente la gente no cambia, pero sí evoluciona (o mejora, como preferirían decir otros).

Por otra parte, la terapia tiene un efecto expansivo, ya que cuando crece un miembro de la familia, inevitablemente se modificará el sistema familiar; similarmente, se “expande” a las amistades y a otras redes sociales, como se puede comprobar repetidamente. Asimismo, la persona aplica sus nuevos conocimientos a otras áreas de su vida (p.e. relación de pareja, laboral).

Facilita el reírse de uno mismo y reírse con el paciente, no tomarse tan en serio, lo que resulta muy terapéutico (también para el terapeuta). Al reconocer el eneatipo del terapeuta, el paciente se va a sentir dentro de una relación más paralela, lo que redundará en el rapport. Una ventaja no menor es que es entretenido. Frente al miedo al encasillamiento, suelo explicar que es un mapa aproximativo muy general, que sólo orienta respecto a algunas coordenadas, como que vive en Sudamérica, en Chile, en Santiago y, con suerte, sugerirá en cuál comuna. Que no se preocupen, que jamás delatará la dirección exacta.

Sin embargo, a pesar de las ventajas mencionadas y de lo auspicioso que parece el panorama a futuro, los expertos en el Eneagrama ya no se encuentran como en el período inicial cuando, con la profusión de publicaciones, se originaron expectativas un tanto irracionales, de un exuberante optimismo. A medida que se fue profundizando, fue surgiendo un cierto escepticismo junto a un miedo al fanatismo y al dogmatismo. Ahora ya no se lo insinúa como una potencial panacea universal para la psicología. No se sugiere que se pueda llegar a elaborar LA tipología basada en LA teoría de la Personalidad y de las Diferencias Individuales. Incluso, como dentro de todo ámbito de estudio, hoy existen distintas “escuelas” eneagramáticas.

Tampoco se sostiene que, como terapia, sea beneficiosa ni en el mismo grado ni para cualquier persona o relación, tal como ha quedado explicitado en algunos trabajos que publican testimonios de pacientes. Más bien, sería un marco teórico que propone distintas puertas por donde adentrarse, al mismo tiempo, en las problemáticas humanas; que ilumina un amplio campo de factores que se vislumbran como prometedores.

No obstante, las principales críticas efectuadas desde dentro del sistema apuntan, particularmente, a que los intentos epistemológicos son casi nulos y que la atención se ha centrado predominantemente en sus resultados y métodos.


Este es un extracto del artículo “Eneagrama, psicología y psicoterapia”, publicado en febrero de 2006 en el sitio depsicoterapias.com, por la psicóloga chilena Alejandra Godoy Haeberle.
Agradecemos la imagen «Well, you shouldn’t doctor yourself» de fco bajo licencia CC BY-NC-SA 2.0 y a Tú Anh en Pixabay.

 

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